__construct()
en su lugar. in /home/u990868083/domains/parquesdemexico.org/public_html/consultora/wp-includes/functions.php on line 5474__construct()
en su lugar. in /home/u990868083/domains/parquesdemexico.org/public_html/consultora/wp-includes/functions.php on line 5474__construct()
en su lugar. in /home/u990868083/domains/parquesdemexico.org/public_html/consultora/wp-includes/functions.php on line 5474Hasta la década del ’80, Tom Every trabajó demoliendo edificios y fábricas, pero una vez que renunció, optó por dedicar su tiempo a una labor completamente opuesta: crear obras de arte. Manteniendo su esencia industrial, se abocó a recuperar partes antiguas de carburadores, tuberías y cualquier pieza metálica que podría soldar. En recopilar el material necesario demoró décadas, pero al terminar su búsqueda, resolvió que fabricaría esculturas que instalaría en un parque público que él mismo diseñaría.
Ya en su faceta de artista se autodenominó Dr. Evermor, un inventor de la época victoriana que le permitió crear el “Parque de Arte del Dr. Evermor” en el sur de Baraboo, en Wisconsin (EE.UU.), en donde sus visitantes pueden tocar las estructuras, pasear entre ellas y escuchar la música que algunas reproducen. Su entusiasmo con su nueva labor lo llevó a elaborar más de cien obras, entre las que se encuentra una de las esculturas de chatarra más grandes del mundo que fue reconocida en una de las versiones de los Récords Guinness.
La fascinación que le provocaba darle un nuevo uso a los artículos que para otras personas eran basura la manifestó cuando pasó su infancia en Nueva York y recorría las calles en bicicleta juntando distintos artefactos que luego revendía. Como demoledor, se dio cuenta que estaba ayudando a que “nuestro paisaje desaparezca por completo”, lo que lo motivó a dar un giro completo en su vida a los 45 años.
Entre los materiales industriales que dieron origen a Forevertron se encuentran varios destacados, como una cámara de descontaminación del proyecto Apolo de la Nasa, dínamos construidos por Thomas Edison en el siglo XIX y chatarra recolectada de la Planta de Municiones del Ejército de Estados Unidos. La altura de esta escultura permite que los visitantes puedan reconocer el parque desde la autopista que pasa a unos kilómetros del lugar y que viajan hasta el parque que también fue reconocido como uno de los diez sitios más interesantes del país por la Revista Road America.
Al ingresar al parque de arte del Dr. Evermor se producen varias sensaciones, desde retroceder a la Revolución Industrial hasta estar recorriendo un mundo paralelo de su creador.
A sus 75 años, el fundador del parque continúa fabricando esculturas que siguen el estilo de las que están instaladas en el exterior. La gran mayoría de éstas son vendidas para financiar el funcionamiento del parque.
El Dr. Evermor justifica la creación de su parque con que “estaremos aquí sólo un corto período de tiempo. Tenemos que dejar algo en este planeta, así que lo tenemos que dejar un poco mejor de lo que lo encontramos”.